El Superpoder de la empatía

El Superpoder de la empatía


Todos los humanos estamos programados con un mecanismo que nos ayuda a superar obstáculos como grupo y nos ha permitido sobrevivir crisis tras crisis. Este mecanismo, bien utilizado, es un súper poder que te permite resolver cualquier problema que la vida te tire en frente y en este programa vamos a hablar de cómo funciona y cómo aplicarlo.

Contexto

La palabra empatía es relativamente nueva. Definida a principios de los 1900. Cuando se creó el término, empatía se refería a la sensación de proyectar tus emociones en un objeto. Unos años después, este concepto evolucionó al término que ahora conocemos como “proyección” y la empatía se empezó a utilizar como el concepto de “percibir” las emociones que algo más

Realmente el término no salió de la academia hasta mediados del siglo, y comenzó a ser un término interesante para la psicología y la neurociencia hasta los 90s. Hasta la fecha sigue siendo un término que está expandiendo su alcance y valor en campos como economía.

Las implicaciones que esto tiene es que el concepto de empatía es algo que constantemente se está redefiniendo y nuestro entendimiento de qué es y cómo funciona está en constante evolución.

Definición

Pero ¿Qué es la empatía? Cuando hago esta pregunta en clase el consenso es “ponerse en los zapatos del otro”. Es una definición prácticamente universalmente aceptada y que no comienza ni remotamente a explicar lo complejo que es desarrollar empatía ni la utilidad que tiene.

El problema que tiene esa definición, que es algo en lo que coincido con Paul Bloom, psicólogo y autor de “Against Empathy” es que es un paliativo. Nos crea una sensación de que realmente sabemos qué es la empatía, pero realmente eso que entendemos como empatía nace de un concepto egoísta.

Piensa en “ponerse en los zapatos de alguien más”. Si te pones los zapatos de otra persona, físicamente, realmente estás viendo el mundo exactamente desde la misma manera, pero probablemente con los pies adoloridos.

Empatía, para fines de esta explicación, no es ponerte en los zapatos de alguien más. Empatía es “la capacidad de pensar en otra persona y colocarnos en la misma situación que ellos, convirtiéndonos hasta cierto punto en ellos, y formar una idea de lo que siente, y aunque percibible a un menor grado, ver la situación desde su punto de vista.”

Vamos a distinguir la empatía de “ponerse en los zapatos” a la que llamaremos empatía emocional, de la segunda empatía, de “percibir algo desde el punto de vista de alguien más” como empatía racional.

La principal diferencia entre estos dos tipos de empatía es que uno es vivencial, es ver el sufrimiento de alguien más desde MI punto de vista, desde lo que YO haría si estuviera en sus zapatos. 

El segundo tipo es algo que llamamos como “cognición social” o “inteligencia social” y requiere entender el sufrimiento de alguien más, sin tener que sufrirlo uno en carne propia.

Son dos procesos cognitivos diferentes, nos influencian diferente y puedes tener propensión a alguno de estos dos tipos de empatía. Y en mi experiencia uno es más útil que el otro pensando en la capacidad que tiene como herramienta de cambio

¿Cómo funciona?

Imagina que estás en presencia de alguien que la está pasando mal. Ahora, imagina que pudiéramos graficar cuánto entiendes el sufrimiento de alguien más y en otro eje cuánto ese entendimiento de lleva a la acción para ayudar a esa persona.

Cero entendimiento, cero motivación

En un extremo tenemos cero entendimiento y cero motivación a la acción. En este extremo podríamos perfectamente colocar a la sociopatía. La antítesis de la empatía. La incapacidad total de entender cómo alguien más se siente.

Poco entendimiento, poca acción

Conforme comenzamos a avanzar en la gráfica, comenzamos a entender un poco la emoción de alguien más, pero todavía en territorio de empatía emocional. Lo que esto significa es que podemos ver a alguien más triste y pensar “hey, yo también me he sentido triste” y lo que estamos haciendo es “empatizando” sobre la reacción a una situación, la parte que podemos ver.

Nuestra motivación para hacer algo está supeditada a lo que vemos. Vemos a una persona triste, así que intentamos hacer que la persona deje de estar triste. Casi siempre como un paliativo o como un gesto superficial. Este es el territorio de lo que le conocemos como la lástima, una de las emociones más horribles que podemos sentir de alguien más.

Que alguien sienta lástima por nosotros nos duele porque nos hace sentir incompetentes ante el problema y también nos puede hacer sentir que la persona que la está generando lo está haciendo para recibir atención.

Entendimiento medio, poca acción

Si tenemos ímpetu de conocer mejor la situación de alguien más, aunque no necesariamente nos lleve a la acción, estamos cayendo en el territorio de la simpatía.” La simpatía es cuando te vuelves más sensible o entiendes a un nivel un poco más profundo las características de una persona.

El problema con la simpatía es que es completamente dependiente de que alguien “te caiga” bien, es decir, que emocionalmente hay algún tipo de conexión o lazo, y continúa siendo un fuerte territorio de la empatía emocional.

Entendimiento bajo, acción media

Ahora, sí la simpatía la llevamos a un terreno de acción es cuando generamos solidaridad. Tomamos acción porque tenemos un lazo que nos une, que conecta cómo nos sentimos.

La solidaridad nos lleva a tener acciones productivas por un beneficio colectivo. Nos mueve a la acción porque “sabemos cómo se siente”.

Entendimiento alto, acción media

Cuando empezamos a entrar a un territorio de empatía racional, es cuando dejamos de preocuparnos por lo que sentimos nosotros, y por hacer sentido del sufrimiento de otras personas con base en nuestro propio sufrimiento. Comenzamos a centrarnos en el sufrimiento de alguien más y en lo que sea que le esté causando ese sufrimiento.

En este territorio podemos comenzar a tratar de entender a detalle el contexto de la otra persona y comenzar a formarnos una idea de lo que esa persona siente, que nos llevan a distintos grados de acción

Aquí ya no necesitas sentir lo que la otra persona siente, sino que puedes utilizar tu propio cerebrito para formarte ideas tangibles de por qué se siente como se siente.

Aquí comienza el poder transformador de la empatía, porque para tener empatía emocional necesitas haber pasado por una situación que te haya detonado una emoción como con la que estás tratando de empatizar, pero en este territorio ya tienes la capacidad de aprender a observar y a empatizar con personas que tienen problemas completamente diferentes a los tuyos.

Entendimiento alto, acción alta

Si continuamos avanzando desbloqueamos el máximo nivel transformador de la empatía, llegamos al territorio de la compasión, y como lo pone Paul Bloom, “la compasión racional”

Cuando entendemos el sufrimiento de alguien más, y nuestra motivación de tomar acción se centra en tratar de atender el problema que lo está causando, no el síntoma emocional, que es la parte superficial.

En este territorio están entrando procesos cognitivos completamente diferentes al territorio de la empatía emocional. No estamos reflejando nuestras emociones en alguien más, estamos racionalizando el sufrimiento de alguien más y entendiéndolo en un contexto ajeno al nuestro.

La compasión es una herramienta poderosa, porque “nos da confianza” porque nos ayuda a minimizar las emociones negativas que conlleva el tomar decisiones que no sabemos si van a dar buenos resultados. La compasión ayuda a que el cerebro funcione mejor.

Muchos tienen una mala idea de la compasión, como que es algo que los hace débiles; o peor aún, que sentir compasión por otros es porque otros son débiles. La compasión es completamente lo opuesto, es entender y apalancar las fortalezas de ambos en función de crear una situación mejor, de sumar, pero sumar con propósito.

La compasión es una de las emociones más poderosas que podemos sentir, una máxima de nuestra capacidad de racionalización, única en los humanos, de aplicar nuestra capacidad cognitiva en función de entender la situación de alguien ajeno y además desarrollar creativamente una solución que resuelva de fondo un problema.

La empatía, vista como una actividad racional y como hemos visto en otros episodios, es una capacidad que se entrena y se desarrolla. A diferencia de la empatía emocional, que depende de una experiencia personal y de ciertos elementos de la personalidad, la empatía racional es derivada de la capacidad de análisis y la capacidad de entender el modelo mental de otra persona.

¿Para qué sirve?

Cuando digo que la empatía es un súper poder, no lo digo como una exageración. La empatía te da el súper poder de anticiparte a lo que otras personas necesitan y a lo que harían en ciertas situaciones.

Uno de los artículos en la descripción del video habla de “neuropredicciones”, la posibilidad de observar la actividad cerebral en alguien y sin saber nada más poder anticiparse a las decisiones que va a tomar.

A nivel neurológico, tu lóbulo frontal es responsable de recrear posibles futuros, a partir de información que tiene disponible, sea información real y tangible o formada a partir de conjeturas (Como lo vimos en el Solcast de Modelos Mentales). La empatía justo te permite utilizar tu lóbulo frontal, no para simular decisiones para ti, sino las decisiones que tomaría alguien más.

Empatizar, tener suficiente información para poder predecir las decisiones y acciones de alguien más, requiere muchísimo esfuerzo y trabajo. Probablemente después de muchos años, puedes predecir algunas reacciones en gente con la que vives o interactúas frecuentemente. Si aplicas empatía racional como parte de un proceso intencional, puedes desarrollar ese mismo “instinto”para otras personas.

Empatizar es el primer paso de Design Thinking, que en Stanford representan con el diagrama de Do, Say, Think y Feel. Es decir, que tienes que escuchar, observar e inferir lo que alguien piensa y siente para entender cómo y por qué alguien hace algo.

Dentro de la disciplina de Diseño es un proceso súper complejo que conlleva múltiples fuentes de información, que se vierte en Customer Journeys, Personas, Mapas de empatía, Canvas de propuesta de valor, entre muchos otros artefactos que pretenden visibilizar el recorrido emocional de un usuario al realizar una actividad y tratar de entender por qué.

En términos cotidianos, la empatía es la herramienta más poderosa que tienes para crear una propuesta de valor, que como vimos en el Solcast de Valor, es imposible imponerle una propuesta de valor a alguien más. El valor es subjetivo, y nadie más puede decirte qué valorar más que tú.

Al nosotros vivir en una sociedad colaborativa, en la que dependemos forzosamente de otros para cumplir nuestros objetivos. La empatía es la herramienta más poderosa que puedes tener al ser la clave para conectar con otros, a aplicar esta “inteligencia social” que puede hacer la diferencia entre sociedades exitosas y sociedades fracasadas.

Cierre

Vamos a dejarla ahí. Si aprendieron algo invítenme un café con la liga en la descripción, compartan este episodio a quien creen que puede servirle y déjenme un like y un comentario platicandome lo que aprendieron.

Háganme llegar sus dudas por acá, Twitter o Linkedin para contestarlas en las siguientes ediciones y no olviden revisar la descripción del video para notas y referencias.

Nos vemos el próximo miércoles y… Felices trazos.

Notas del programa

‘I Feel Your Pain’: The Neuroscience of Empathy
https://www.psychologicalscience.org/observer/neuroscience-empathy

How we empathize with others: A neurobiological perspective
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3524680/

The Social Neuroscience of Empathy
https://greatergood.berkeley.edu/images/uploads/Singer_2009.pdf

A Short History of Empathy
https://www.theatlantic.com/health/archive/2015/10/a-short-history-of-empathy/409912/

The case against empathy
https://www.vox.com/conversations/2017/1/19/14266230/empathy-morality-ethics-psychology-compassion-paul-bloom

Compassion as the Source of Happiness
https://www.dalailama.com/messages/compassion-and-human-values/compassion-as-the-source-of-happiness


Si quieres saber más de mí y de mi trabajo puedes

¡Felices trazos!

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